jueves, 7 de marzo de 2013

Llaves que abren casas a los diferentes




Cuentan que el comediógrafo Pedro Muñoz Seca iba todas las mañanas a la madrileña cafetería de Levante y siempre pedía café con media tostada. Al entrar compraba el diario ABC y mientras desayunaba lo iba leyendo.
Un día llegó una señora mayor pidiendo para comer. Él le dio la media tostada y el periódico que ya lo había leído para que lo vendiera y sacase algo.
Esta misma escena se va repitiendo durante un par de años. Hasta que un día la vieja deja de acudir al café para recoger la media tostada y el periódico.
Una semana más tarde se presentan al comediógrafo dos pobres mujeres.
- Señor, echará usted de menos a la anciana que venía todas las mañanas…
- Sí es cierto. ¿Es que acaso está enferma? –les pregunta Muñoz Seca.
- Es que ha muerto. Nosotras la hemos asistido. Y ha hecho testamento.
El autor se extraña.
- Pero… ¿tenía fortuna?
- No, no señor. Pero a ésta la deja el ABC y a mí la media tostada.
Y Muñoz Seca cumplió la última voluntad de la señora.
Sin duda que en la vida hay personas diferentes, originales, generosas… como este escritor humorista que abren puertas porque para ellos lo que cuenta son las personas. Estamos seguros que gestos como éste dice mucho de quien lo hace y hacen mucho más bien a los que los reciben, sobre todo si necesitan ayuda.
Recordad este texto del evangelio: “Os doy un mandamiento nuevo, que os améis unos a otros; igual que yo os he amado, amaos también entre vosotros” Jn. 13,34