Una figura famosa representa a la justicia. Se trata de una mujer que
lleva los ojos vendados y porta una balanza con sus dos platos en equilibrio.
Los ojos vendados significan que, sin importar de quién se trate (sin tomar en
cuenta su raza, su religión o su lugar en la sociedad), todos deben recibir lo
que les corresponde.
La balanza indica que la decisión no debe inclinarse a favor de una
persona y en contra de otra. La injusticia ocurre cuando un plato se inclina
más que el otro. Por ejemplo: es injusto que una persona trabaje mucho y le
paguen poco, pero también lo es que trabaje poco y le paguen mucho. La
injusticia aparece en la vida diaria cuando le negamos a alguien lo que
consiguió con su esfuerzo. También aparece en la sociedad cuando hay personas
que no tienen casa ni ropa, mientras otras cuentan con más de lo necesario para
vivir.
El valor de la justicia se refiere a la concepción que cada época o
cultura han tenido de lo que es bueno para todos. Su fin práctico es reconocer
lo que le corresponde y pertenece a cada cual, hacer que se respete ese
derecho, recompensar su esfuerzo y garantizar su seguridad. No se limita a los
casos que se tratan en los tribunales, aparece en la vida diaria como un factor
del que se derivan relaciones más equilibradas y respetuosas, así como el
bienestar de la sociedad en su conjunto.
Estamos rodeados de personas, y nosotros formamos parte del mundo de
ellas. Por el hecho de existir a cada una le corresponde vivir en buenas
condiciones. Es justo que tenga alimentos, un hogar y la oportunidad de hacer
lo mejor de su vida, según su inclinación. Para lograrlo tiene que esforzarse.
La justicia consiste en garantizar que el resultado del esfuerzo se respete.
Por ejemplo, si ganamos una competición de natación, es justo que nos
den la medalla. Para que haya justicia nosotros debemos reconocer las
ilusiones, el esfuerzo y los resultados de los otros. Si otra persona llegó a
la meta antes que nosotros es justo que ella, y no nosotros, reciba la medalla.
Cuando existen dudas sobre lo que corresponde a cada uno, hay reglas y leyes
para decidirlo. Debemos procurar que se apliquen.
En la
vida diaria, todos queremos tener
acceso a lo mejor, por ejemplo, ganar un concurso u obtener un buen empleo. La
justicia permite que las personas que se han esforzado en lograrlo lo consigan.
Mira a tu alrededor. Los miembros de tu familia, tus compañeros de clase
y las personas que pasan por la calle tienen planes e ilusiones como tú. Si tú
aprendes a reconocerlos, ellos reconocerán los tuyos.
La justicia no siempre es automática. Si quieres conseguirla mantente
firme en tu lucha. Con seguridad podrás alcanzarla.
Y ya para finalizar, y citando una frase de Goethe: Haz lo que sea justo. Lo demás vendrá por sí solo.