En Pascua se celebra a Jesús resucitado, la vida que nunca más va a morir. ¿Cómo traducir eso hoy en día a nuestro cotidiano? Pues cada uno desde nuestra realidad y te aseguro que hay muchos momentos en los que una persona puede ser también artífice de vida que no muere. Así es como mejor se celebra la pascua. ¿Cómo? Dejándose Querer y queriendo cambios, pidiendo esperanza.
Se puede pedir esperanza por el hermano herido. Por un padre o madre sin trabajo al borde del suicidio, por un joven en paro. Por una chica violada o mutilada. Por un anciano abandonado con la sonrisa ya perdida. Por todos los amores traicionados. Por los pobres niños soldado, doblemente pobres, y las muchedumbres hambrientas que los grandes poderes asesinan cada día sin rastro de mala conciencia, sin que nadie pida perdón ni exija reparación. Por todos ellos y por nosotros mismos podemos pedir esperanza y debemos dejarnos querer por Dios para que vaya haciéndonos artífices de la misma. No para ser marionetas de nadie, sino para ser más humanos, más nosotros mismos.
Y si no crees en Dios, prueba al menos con la siguiente fórmula de un gran hombre, Charles de Foucauld: Dios, si existes…y a continuación haz tu petición. Verás como algo va cambiando por dentro.