jueves, 17 de enero de 2013

Año Nuevo, nuevas oportunidades


Estamos comenzando una nueva etapa. Se nos ofrece gratuitamente una nueva oportunidad para seguir creciendo, para adquirir más cultura que nos prepare a afrontar el futuro con sabiduría. Se nos ponen delante nuevas oportunidades para seguir aprendiendo a hacerse personas que saben quererse a sí mismas, querer a los demás, cuidar la naturaleza y, para los que somos creyentes, experimentar el gozo de sentirnos acompañados por Dios que, por supuesto, acompaña con el mismo cariño a los que en El no creen.
El teólogo José Antonio Pagola, pensando en todo lo que significa la oportunidad de un nuevo año en nuestras vidas, nos invita a que en este comienzo nos paremos a pensar y nos preguntemos con honestidad:
¿A qué dedicaré mi tiempo más precioso e importante?, ¿Viviré de cualquier manera, pasando de una ocupación a otra, sin saber exactamente qué quiero ni para qué vivo, o aprenderé  a distinguir lo importante y esencial de lo que es secundario? ¿Viviré  de forma rutinaria y aburrida, o aprenderé a vivir con un espíritu más creativo?
¿Seguiré en este año alejándome un poco más de Dios o empezaré a buscarlo con más confianza y sinceridad? ¿Seguiré un año más mudo ante Él, sin abrir mis labios ni mi corazón, o irá brotando por fin de mi alma una invocación pequeña, humilde pero sincera?
¿Viviré también este año preocupado sólo por mi bienestar o sabré preocuparme alguna vez de hacer felices a los demás?, ¿a qué personas me acercaré?, ¿sembraré en ellas alegría, o les contagiaré desaliento y tristeza? Por donde yo vaya, ¿haré que la vida sea más amable y menos dura?
¿Será un año más dedicado a hacer cosas y más cosas, acumulando egoísmo, tensión y nerviosismo o tendré tiempo para el silencio, el descanso, la oración y el encuentro con Dios?, ¿me encerraré sólo en mis problemas o viviré tratando de hacer un Mundo más humano y habitable?
¿Seguiré con indiferencia las noticias que día a día me llegarán desde los países del hambre?, ¿contemplaré impasible los cuerpos destrozados de las gentes de Palestina o de los ahogados de las pateras?, ¿Seguiré mirando con frialdad a los que vienen junto a nosotros buscando trabajo y pan? ¿Iré aprendiendo a lo largo de los días a mirar con un corazón responsable y solidario a los que sufren?