Estamos
comenzando una nueva etapa. Se nos ofrece gratuitamente una nueva oportunidad
para seguir creciendo, para adquirir más cultura que nos prepare a afrontar el
futuro con sabiduría. Se nos ponen delante nuevas oportunidades para seguir
aprendiendo a hacerse personas que saben quererse a sí mismas, querer a los
demás, cuidar la naturaleza y, para los que somos creyentes, experimentar el
gozo de sentirnos acompañados por Dios que, por supuesto, acompaña con el mismo
cariño a los que en El no creen.
El
teólogo José Antonio Pagola, pensando en todo lo que significa la oportunidad
de un nuevo año en nuestras vidas, nos invita a que en este comienzo nos
paremos a pensar y nos preguntemos con honestidad:
¿A qué dedicaré mi tiempo más
precioso e importante?, ¿Viviré de cualquier manera, pasando de una ocupación a
otra, sin saber exactamente qué quiero ni para qué vivo, o aprenderé a distinguir lo importante y esencial de lo
que es secundario? ¿Viviré de forma
rutinaria y aburrida, o aprenderé a vivir con un espíritu más creativo?
¿Seguiré en este año
alejándome un poco más de Dios o empezaré a buscarlo con más confianza y
sinceridad? ¿Seguiré un año más mudo ante Él, sin abrir mis labios ni mi
corazón, o irá brotando por fin de mi alma una invocación pequeña, humilde pero
sincera?
¿Viviré también este año
preocupado sólo por mi bienestar o sabré preocuparme alguna vez de hacer
felices a los demás?, ¿a qué personas me acercaré?, ¿sembraré en ellas alegría,
o les contagiaré desaliento y tristeza? Por donde yo vaya, ¿haré que la vida
sea más amable y menos dura?
¿Será un año más dedicado a
hacer cosas y más cosas, acumulando egoísmo, tensión y nerviosismo o tendré
tiempo para el silencio, el descanso, la oración y el encuentro con Dios?, ¿me
encerraré sólo en mis problemas o viviré tratando de hacer un Mundo más humano
y habitable?
¿Seguiré con indiferencia las
noticias que día a día me llegarán desde los países del hambre?, ¿contemplaré
impasible los cuerpos destrozados de las gentes de Palestina o de los ahogados
de las pateras?, ¿Seguiré mirando con frialdad a los que vienen junto a
nosotros buscando trabajo y pan? ¿Iré aprendiendo a lo largo de los días a
mirar con un corazón responsable y solidario a los que sufren?