Hablemos sobre una forma de ocio que se
ha convertido en habitual para muchos: los grandes almacenes.
La puesta en funcionamiento de los
Grandes Almacenes "Bon Marché" atrae gran cantidad de clientes
quienes, llevados por la novedad, se muestran vivamente interesados por la
originalidad de esta modalidad de ventas.
El inventor del nuevo sistema es un
parisino denominado Arístide Bocicaut. En el proyecto ha invertido gran parte
de su patrimonio y experiencia.
El nuevo comercio inventado a mediados
del siglo XVIII, posee unas grandes superficies en las que se hallan expuestos
los productos de forma muy visible. Los precios están señalados en cada uno de
los productos, de tal forma que los clientes tienen acceso a ellos
directamente.
Lo que más atrae a los futuros
compradores es la facilidad que encuentran para circular libremente por entre
las estanterías llenas de productos. De esta forma se ha cambiado la filosofía
del comercio existente. Hasta el siglo XVIII los clientes se acercaban a las
tiendas con una idea preconcebida del artículo que deseaban adquirir. El nuevo
sistema iniciado en "Bon Marché" sirve para sugerir ideas y provocar
al consumidor, mostrándole una serie de productos en los que tal vez nunca
hubiera pensado ni deseado de no haberlos visto expuestos.
Esta nueva forma de comercio, tan
extendida en nuestros días, a pesar de mejorar el sistema de compras y consumo
también ofrece problemas y dificultades: Elimina la relación interpersonal que
se produce en la pequeña tienda del barrio, donde no sólo se vende un producto
sino que también se puede intercambiar un saludo y personalizar la compra. Al
mismo tiempo el nuevo sistema crea falsas necesidades en los consumidores,
quienes al ver determinados productos expuestos, llegan a desearlos sin que
realmente sean productos necesarios para ellos.
Un consejo: no dejes que las grandes superficies decidan por
ti.