jueves, 29 de noviembre de 2012


Hablemos sobre una forma de ocio que se ha convertido en habitual para muchos: los grandes almacenes.
La puesta en funcionamiento de los Grandes Almacenes "Bon Marché" atrae gran cantidad de clientes quienes, llevados por la novedad, se muestran vivamente interesados por la originalidad de esta modalidad de ventas.
El inventor del nuevo sistema es un parisino denominado Arístide Bocicaut. En el proyecto ha invertido gran parte de su patrimonio y experiencia.
El nuevo comercio inventado a mediados del siglo XVIII, posee unas grandes superficies en las que se hallan expuestos los productos de forma muy visible. Los precios están señalados en cada uno de los productos, de tal forma que los clientes tienen acceso a ellos directamente.
Lo que más atrae a los futuros compradores es la facilidad que encuentran para circular libremente por entre las estanterías llenas de productos. De esta forma se ha cambiado la filosofía del comercio existente. Hasta el siglo XVIII los clientes se acercaban a las tiendas con una idea preconcebida del artículo que deseaban adquirir. El nuevo sistema iniciado en "Bon Marché" sirve para sugerir ideas y provocar al consumidor, mostrándole una serie de productos en los que tal vez nunca hubiera pensado ni deseado de no haberlos visto expuestos.
Esta nueva forma de comercio, tan extendida en nuestros días, a pesar de mejorar el sistema de compras y consumo también ofrece problemas y dificultades: Elimina la relación interpersonal que se produce en la pequeña tienda del barrio, donde no sólo se vende un producto sino que también se puede intercambiar un saludo y personalizar la compra. Al mismo tiempo el nuevo sistema crea falsas necesidades en los consumidores, quienes al ver determinados productos expuestos, llegan a desearlos sin que realmente sean productos necesarios para ellos.
Un consejo: no dejes que las grandes superficies decidan por ti.