No sé si conocéis la historia del atleta sudafricano de 25 años Óscar Pictorius. La peculiaridad de este deportista radica en el hecho de que cuando era bebé sufrió la amputación de las dos piernas debido a una malformación degenerativa de dichas extremidades. Hoy es un ejemplo para todos nosotros ya que a pesar de su “discapacidad” está logrando todos los objetivos propuestos (como ser uno de los hombres más rápidos del planeta, casi nada). Hay que destacar que Óscar corre contra atletas sin problemas físicos, lo que aumenta el valor de su éxito. Los ojos de Nike ya se han interesado en él, auspiciando el futuro prometedor de este joven, las de sus “compañeros de trabajo” que lo admiran y los de su país que lo ven como a un verdadero héroe.
Nada de esto sería posible sin el trabajo de un estadounidense llamado Dino Cozzarelli que confecciona prótesis de alta tecnología utilizando fibra de carbono y aluminio que permiten devolver la alegría y la movilidad a personas que han perdido alguna de sus extremidades, ya sea producto de enfermedades o un accidente.
El atleta biónico, recuerda continuamente una frase que su madre le repetía para darle coraje: “el perdedor no es quien llega el último en una carrera, sino quien se sienta y se limita a mirar”.